jueves, 7 de diciembre de 2006

De templos por Calcuta.

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El día de hoy ha sido una parada necesaria en mitad de la vorágine.
Normalmente no tengo nada planeado, excepto por las tardes con New Light, pero al final nunca paras: bajas a desayunar y te encuentras con los de siempre y ya estás liado o conoces gente nueva que no sabe moverse y les llevas (o te llevan ellos a tí). No importa cómo se dé el día, al final no vuelves a la habitación hasta las mil, con la sensación de haber estado en muchas partes y haber conocido mucha gente (empiezo a pensar que demasiada) pero sin saber exactamente en qué empleaste tu tiempo.

Así que uso mis escapadas como turistoide a modo de isla para alejarme de la espiral caótica que es Sudder Street.

Hoy ha sido un día casi perfecto. Luis nos ha llevado al Belur Math (Monasterio de Belur), institución creada por Vivekananda, principal discípulo de Ramakrishna para que los jóvenes pudieran dedicarse a su propio progreso espiritual y al servicio de la humanidad (!?).

Yo como siempre, a mi aire, ambiente espiritual y solemne que no me calan pero que sí difruto; esa tranquilidad que inspira el lugar, como si hubieran encerrado un pedacito de Calcuta en una burbuja y se hubieran dejado todos los ruidos y los humos fuera. Hubiera podido quedarme toda la mañana charlando sobre el Ganges y el Karma (o sobre cualquier otra cosa, que mientras me acariciara el solete en mitad de ese remanso de paz cualquier tema me parecería bien), pero no había tiempo si queríamos visitar el templo de Kali y como buenos turistoides salimos corriendo para no perdernos el último bote que cruza el río Howgli.

En India las cosas funcionan a su propio ritmo (que casi nunca es el tuyo) así que nos tiramos un buen rato esperando para poder cruzar. ¡Y qué maravilla!, apoyados en un embarcadero con el solete tostándonos (ups...¿se me había olvidado mencionar que aquí hace unos 20º y que andamos en camiseta en pleno diciembre?, jejeje) y el rumor del río a nuestros pies; hubo incluso quien creía oler el mar y algunos de nosotros llegamos a ver incluso delfines de agua dulce (pero con el tiempo creo que incluso yo mismo dudo de ello...sería alguna alución colectiva fruto del calor y el karma o algo así...)

El Templo de Cali bastante chulo, aunque un poco como para gente bien, la verdad, me gustó más el que hay en pleno centro de Calcuta, junto a Calighat, que es mucho más sucio y más auténtico: todo el mundo medio en trance, gritando y empujándose por estar junto a la diosa de la lengua fuera (la diosa Cali en su irrefrenable ansía de matar enemigos se acabó cargando a su propio marido y esta "ceguera de rabia" la representan con una lengua larguísima, como diciendo que estaba fuera de sí), y que además, la gente es mucho más histriónica cuando se están sacrificando corderos, y aunque sea una salvajada es mucho más interesante para un guiri en busca de experiencias culturales como yo.

Así que lo único que me gustó del Templo de Cali que está junto al río fué el propio río, el solete que hacía y los templos dedicados al linga-joni, que por lo visto hay un par de dioses que no tienen casi cuerpo porque están reducidos a la mínima expresión, esto es, sus propios miembros; el linga (pene) y el joni (vagina) y está todo lleno de representaciones de un linga entrando en el joni. Para el que piense que es demasiado gráfico y que los indios deberían aprender un poquillo de sutileza añado una curiosidad más: una de las maneras de rendirle tributo al dios linga es derramar leche sobre la escultura del pene. Ahora sí que ha quedado completamente gráfico, ¿eh?, tribal, incluso. La parte buena es que los chicos se lo curran y la leche va por unos conductos especiales para almacenarse en unos depósitos y luego la reparten entre la gente pobre (la leche y todo lo que haya ido arrastrando por el camino, que aquí no tienen escrúpulos para nada).

Como última curiosidad, aprovechando el tema que se está tratando, un aviso a todas las "navegantas" que se llamen Laura y quieran viajar a la India: Cuando os pregunten decid que os llámáis Lara o algo parecido porque Laura significa, literalmente, polla, y claro, da lugar a bastantes malinterpretaciones, así que ya sabéis.