martes, 28 de noviembre de 2006

Días extraños.

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No sé qué me pasa desde que llegué aquí, acabo siempre reventado de cansancio y eso que no todos los días me pego pateadas importantes. Mi teoría es que se debe al desgaste acústico.

A menos que duermas con tapones(¡qué gran idea haberlos traído!) los putos cuervos te despiertan con sus horribles graznidos a las 5.30 de la mañana. Aunque quizá debería usarlos de despertador, porque a las 17.30 ya es de noche y el día se te pasa en un plis si te levantas tarde. Y la verdad, aunque sean únicamente las ocho de la tarde, como hace más de dos horas que oscureció, el cuerpo ya te pide cama.

El otro gran sufrimiento en esta ciudad son los claxones. Aquí todo el mundo tiene intermitentes pero nadie los usa, el sistema de establecer la preferencia, además de la de siempre: el más grande pasa el primero, es tocar el claxon repetidas veces.
Así, un simple paseo al New Market se convierte en un videojuego. Claxón: salta a la izquierda mientras esquivas el rickshaw que se ha metido por dónde nunca hubieras imaginado. Claxón-claxón-claxón: ¡ups!, amenaza triple, estoy rodeado, transformación instantánea en anguila para esquivar los autorickshaws, el taxi y el camión, y así todo el rato. Para volverse loco, vamos; está siendo una experiencia salvaje lo de aterrizar en Calcuta pero creo que la semana que viene estaré impaciente por salir de aquí.

Quizá desviarme un poquillo al sur antes de viajar a Varanasi sería una buena idea, a la provincia de Orissa, en la costa de Puri, con playitas pequeñas pero limpias. Un paralelo y medio por debajo de Calcuta, así que si aquí estamos en camiseta lo mismo allí te puedes bañar.

En realidad, si no te puedes bañar me da un poco igual, a estas alturas me conformo con arena/rocas limpitas, un poco de solete acariciánme la piel y de banda sonora las olas con su eterno murmullo.



Creo que se me olvidó comentar lo del candado. Aquí todas las habitaciones se cierran con un candadazo rollo medieval que te proporcionan en el hotel, pero en realidad todo el mundo usa el suyo propio para cerrar la habitación, así que durante tu estancia, nadie, excepto tú, puede entrar para nada. Esto me deja un poco más tranquilo, la puerta con mi cerrojo y mi mochila con otro más, pero creo que nunca hubiera imaginado que en un hoel te permitieran hacer algo así.

Hoy ha sido un día especialmente caótico, había quedado con un español que me iba a llevar al orfanato de Kabardanga (tengo algunos recadillos que hacer allí de parte de la ONG Luces Rojas de Madrid) pero cuando me desperté ya era muy tarde. Lo curioso es que luego nos encontramos y ninguno de los dos había aparecido y nos dimps plantón mutuamente. Otra vez la India que te cambia todos los planes.

Menos mal que por la tarde vuelvo con los críos de New Light, sino el día habría pasado en blanco.



Una simple silla giratoria se transforma en el juguete preferido de los chavales cuando la hago girar a toda velocidad (¡qué mareo!).
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4 comentarios:

INTHESITY dijo...

Yo a lo mío como siempre, lo del barro cubierto de basura efectivamente tambien existia, pero mira mis fotos de la india consciente o inconscientemente evitaron la basura, no era importante, hay tanto en lo que fijarse que la basura la esquivas con gracia y soltura. En cuanto a la playa yo vi la de Bombay, asquerosa de sucia, al lado este del país no tuvimos tiempo de ir, sólo fueron 3 semanas, pero se te quitaban las ganas de ir a la playa, tanta basura como el resto, espero que las playas de la zona naxalita estén más mejor. Tengo entendido que es el estado más pobre de la India, de ahí lo de la guerrilla comunista, que no se si sigue existiendo. Ahí os dejo un wiki link para los que quieran más info http://es.wikipedia.org/wiki/Naxalita
Pero lo que más me impresionó del país fue Varanasi, pero eso lo cuento otro día a ver si nuestras impresiones coinciden y así no me apropio de tu blog.

Ganas tengo de seguir leyendo aventruras.

El rollero.

Anónimo dijo...

¡Hola Sergi!:
Esto es alucinante. Tienes que irte al fín del mundo para descubrir aspectos interesantísimos de tu personalidad.
Gracias por hacernos partìcipes de esa apasionante experiencia a través de tus narraciones, frescas, muy descriptivas,llenas de criterio, sentimiento y retazos de poesía.
Has equivocado la profesión; lo tuyo es la literatura y la cooperación solidaria. Si hubieses nacido unos siglos antes...a lo mejor el patrón de Navarra sería San Sergi en vez de San Francisco Javier. (perdona la broma).
Para personas como yo, conscientes de nuestro fracaso generacional, es un placer descubrir en los jóvenes valores como los que trasluces, inquietud, solidaridad, ganas de cambio ideológico y social. Bueno, ya vale de transcendencias. Seguiremos leyendo tu "Diario de un "Javier" del siglo XXI" con placer y afecto.
Un abrazo
Buen

Sergi dijo...

inthesity: la semana que viene ya me escapo a varanasi, así que en cuanto le dedique una entrada estaré encantado de compartir impresiones y que te "apropies" de mi blog todo lo que quieras.

Respecto a lo de la playa estoy más o menos tranquilo, la de Puri me la recomendó una chica de Ibiza (pone alto el listón) y decía que no estaba mal y, la verdad chico, que casi me conformo con el ruido relajante del mar aunque no pueda bañarme ni tumbarme en la arena.

Sergi dijo...

miguel angel: me alegra que disfrutes leyendo mis paranoias aunque la verdad, creo que eres demasiado generoso conmigo, no creo merecer ni la mitad de los elogios que me dedicas (bueno, alguno sí, jejeje) y respecto a la cooperación solidaria...yo me veo más como un viajero que hizo una parada más larga de lo normal en Calcuta.

Gracias por todo y espero seguir encontrándote por aquí.