sábado, 25 de noviembre de 2006

Calcuta: primeros contratiempos.

.
Medianoche. Cuando llegas a Delhi desde otro país y piensas seguir viajando dentro de India tienes que cambiarte a la terminal de vuelos domésticos que está en OTRO AEROPUERTO a 15 km. Bueno, pues se coge el shuttle bus del aeropuerto que haga el rceorrido y punto, ¿no?. Casi, en la India, para un recién llegado, las cosas funcionan diferente.

Le pregunto a un tipo con uniforme (digo yo que él sabrá) y me cuenta que he perdido el último autobús y que el siguiente no saldrá hasta las siete de la mañana, así que o cojo un taxi o perderé mi vuelo y sin decirme nada más agarra el carro donde llevo todas las maletas y me lleva fuera a la parada de taxis. Mierda. Ni dos minutos en la India y ya están intentando liarme. me han dicho mil veces que al llegar al aeropuerto coja los pre-paid taxis, esto es, que pagas por adelantado una cantidad fija para que luego no te cobren lo que quieran. Odio esas situaciones en que estás casi seguro de que te están intentando timar pero no te piras porque cabe la posibilidad de que el tipo sólo te esté intentando ayudar y le ofendas al dudar de sus intenciones.

Aún así, le doy las gracias y me vuelvo a la terminal yo solete a buscar un mostrador donde ponga pre-paid taxis. Fácil de encontrar, ya que no hay nada más pero en vez de mostrador es una especie de chiringuito cutre. Hago la cola y cuando ya me toca el indio que está detras del cristal sale y me coje el carro de las maletas y me dice que me lleva a un taxi, que no hay problema.

¿Otra vez?. No sé si todos los indios son tan serviciales o si directamente creen que los guiris somos tontos. Le paro, mis maletas sólo las llevo yo (no tengo miedo de que se ponga a correr con una maleta de 20 kilos en la espalda pero estamos rodeados de mogollón de gente y le sería supersencillo esconderse con mis cosas entre la multitud). Ok. Aflojo un poco y cedo. Acabo de llegar, estoy cansado y todavía tengo que llegar al aeropuerto internacional y pasar la noche allí. Decido que mejor le pago las 65 rupias que me pide (poco más de un euro) y me olvido de momento de los pre-paid taxis. Eso sí, las maletas conmigo en el asiento, nada de que las meta en el maletero del coche.

Nada más montar al taxi ya veo que intentará liarme, porque si el aeropuerto está cerrado y que mejor me lleva al hotel del aeropuerto que está pared con pared, bla, bla, bla. Mira chavalote: o me llevas al aeropuerto o paras el taxi. Y si está cerrado ya me las apañaré yo. Parece sencillo de decir pero tuve que repetirselo tres veces para que entendiera que no estaba dispuesto a meterme en ningún hotel para cuatro horas. Por la ventanilla no sé ve nada, todo está sumido en la más completa oscuridad salvo las luces que iluminan la carretera. En quince minutos ya hemos llegado y me sorprende ver la cantidad de policía que hay. En realidad más que policías parecen soldados porque van de uniforme caqui y portando metralletas. La verdad es que acojonan, sobre todo cuando ves que uno de ellos está en una especie de garita coronada por sacos de arena a modo de trinchera.

Saco un billete de cien rupias asumiendo que probablemente me liará diciendo que no tiene cambio, yo acabo de cambiar pasta y no tengo billetes más pequeños, (por cierto, en los aeropuertos de la India sólo se puede cambiar dinero en la parte internacional, así que ojo que más de uno se ha encontrado sin una rupia en mitad de la India y es una locura). Para mi sorpresa al taxista los 100 euros no le parecen suficientes, dice que habíamos quedado en 695 rupias. Me devuelve el billete y pongo cara de "¡oh!, perdóneme, debo haberme liado" y mientras finjo buscar la cartera echo mano de mi equipaje y lo saco a la calle (menos mal que no le permití meter nada en el maletero). El tío tranquilo porque cree que de verdad voy a pagarle. Me tomo mi tiempo para montar acoplar todas mis cosas en un carro que estaba en mitad de la calle, de hecho, el único que había y entonces le digo que podemos hacer dos cosas, que se quede el billete de cien aunque es más de lo que habíamos acordado (ya me da igual y al fin y al cabo son sólo dos euros) o, si insiste en los 695, que podemos acercarnos a hablar con el poli de la trinchera.

El tío evidentemente protesta pero como ve que me voy y tampoco le interesa montar el número ni que se acerque nadie accede a pillar el billete (en realidad primero me bajó el precio a 125 rupias pero claro...después de haberme pedido 695 es una ofensa que lo baje tanto porque está admitiendo implicitamente que me quería timar). Tentado estuve de no darle ni una rupi, pero probablemente hubiera sido muy mala idea.

Ok. Un problema menos. ¿y ahora?, el aeropuerto parece que efectivamente está cerrado, no hay un solo coche ni nadie por las aceras, exceptuando los taxis que pululan por allí y los indios que buscan incautos para llevarles a su hotel. ¿Tendría razón el taxista y me equivoqué exigiendo venir al aeropuerto?. En la entrada principal hay un par de policías-soldado y les cuento mi historia. No problem, tras mostrarles mi billete de embarque me dejan pasar a una terminal semifantasma. Busco los mostradores de facturación de Jet Airways y descubro que no estoy sólo, una docena de viajeros con sus maletas están esparcidos por los asientos esperando para facturar.

Estoy cansadísimo pero afortunadamente bastante espabilado. Es la una de la mañana. Tengo por delante cinco horas hasta embarcar, aunque probablemente los mostradores de facturación los abran un par de horas antes. Le pregunto a un indio jovencillo bastante majete y me cuenta que el trayecto en taxi entre el aeropuerto internacional y el nacional debería costar alrededor de 150 rupias. ¡je!, al final no me ha salido mal la jugada, 0-1 a mi favor. Bueno, en realidad 1-1 porque el chaval me cuenta que acaba de llegar en el shuttle bus, que sólo pasan una vez cada hora pero que hay servicio durante toda la noche. ¡Pero si pregunté a un tipo que trabajaba en el aeropuerto y me dijo que hasta las siete nada!.

Ok. Habrá que asumir aquí que intenta timar hasta la gente de la que normalmente nunca desconfiarías.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno, pero ten en cuenta que los taxistas son timadores en todos los paises... Pero buena jugada! Me recuerda al puerto de Tanger, que yo le ayudo!!! Si se ponen a hablar entre ellos estas perdido (Xavi)

Sergi dijo...

Xavi, hola nen!!!
No sé cuando escribiste este comentario pero yo me lo acabo de encontrar ahora mismo que hacía un repaso a posts antiguos ¡que bueno encontrarte por aquí!, ¿Todavía andas por Aachen?, dame un toque en cuando vuelvas.
Por cierto, que lo de dejar que los taxistas hablen entre ellos a veces, si te lo montas bien, puede ser una buena jugada, rollo "pues aquel me acaba de pedir la mitad de lo que tú me pides", y que se peleen entre ellos y te hagan una oferta interesante. Una pena que la ley de la competencia casi nunca funcione en la calle porque al final el enemigo común es el turistoide, y es mejor que le times tú y yo ya timaré al siguiente...
Ups...acabo de acordarme, ¿Pues no había quedado yo con tu chica en Delhi?...¡Mañana!...ufff, le escribo un correo corriendoooooo.

Saludetessss.